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Las tesis de abril de Lenin analizadas en el marco de la actualidad mundial y el proceso bolivariano



Felix Caballero*

Nos encontramos en un año efervescente, lleno de cambios,  modelos corroídos que no terminan de morir y alternativas que no terminan en consolidarse como una opción real que logre sustituir lo viejo.
Es inevitable para los que creemos y trabajamos por las ideas de la transformación anticapitalista y antiimperialista, no sentirse motivado y moralizado por el centenario de la revolución rusa (1917-2017) y, más que sentirnos así, nos obliga a echar una ojeada a los sucesos de aquella época y realizar un paralelismo (guardando por su puesto las particularidades de cada época, geografía y cultura), a fin de sacar algunas conclusiones interesantes para nuestro aprendizaje como militantes.
Este mes se cumplen 100 años de las Tesis de Abril, escritas por Vladimir (Lenin) Ilich Ulianov al cual homenajeamos también por los 147 años de su natalicio (22 de abril de 1870). Nuestra idea es hacer una breve reflexión de la vigencia de estas tesis al sol de hoy.

Contexto histórico
Lenin escribe estas tesis luego de la revolución de Febrero de 1917, la cual logra poner fin al zarismo luego de que en 1905 se lograran imponer algunas limitaciones al estilo monarquía constitucional. El 18 de febrero, más de 30 mil trabajadores de la fábrica Putilov, centrada en la producción de astilleros, la más grande para aquella época, salieron bajo la consigna ¡Abajo la guerra! ¡Abajo la autocracia! ¡Queremos pan!





Unos días después, el 25 de febrero, comenzaron también grandes manifestaciones en Petrogrado  (actualmente San Petesburgo), de trabajadores, campesinos y militares, lo que hizo crujir el orden zarista.
A partir de que el último zar de Rusia, Nicolas II, dejara el poder, se conforma el Gobierno Provisional precedido por el príncipe Gueorgui Lvov respaldado en un gabinete conformado por distintos partidos burgueses, en su mayoría Social-Revolucionarios (SR) y Mencheviques (ala reformista del antiguo Partido Obrero Socialdemócrata (POS).
Paralelamente los Bolcheviques (ala radical del POS) organizan los Soviets (consejos) de Petrogrado, conformados por obreros, militares y trabajadores, creados en todos los estados de Rusia. Esto genera una dualidad de poder a nivel nacional, pues como decía Lenin unos meses más tardes en sus tesis de abril,
"La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado...." (pp. 15-16)
Luego de la publicación de la nota del ministro de relaciones exteriores, Pavel Miliukov,  donde expresaba a los Aliados (Reino Unido y Francia), el deseo de proseguir en la guerra hasta la victoria en contra del Eje (los imperios de Alemania, Austro-Hungría y el Otomano), el gobierno provisional entra en crisis, pues significaba el incumplimiento explícito de una de  las promesas más importantes en la revolución de febrero y, es forzado  a reconfigurarse.
Carácter antiimperialista
Este es el contexto general en que Lenin escribe las tesis, un escenario donde las potencias del viejo orden intentan resguardar sus zonas de influencia y potencias nacientes que quieren posicionarse  geopolíticamente y expandir sus territorios.
"En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, de rapiña,..." (p.15).
De esa forma expresaba Lenin su rechazo a una guerra interimperialista que buscaba concretar el reparto del planeta, algo que dilucidamos actualmente con la política guerrerista de EEUU y sus aliados de la OTAN en pugna constante con un polo de poder que cada vez se hace más preponderante (pero aún con altos grados de dependencia) como es el eje Beijing-Moscú.
Libia, Siria, los intentos de injerencia a través de la OEA en Venezuela, son casos contemporáneos de la continuación de la política imperialista que ya evidenciaban los bolcheviques a principios del siglo XX.
El caso de Siria es el más esclarecedor pues representa una enredada amalgama de alianzas donde todas las partes buscan sacar provecho de la situación y ninguna se ocupa en promover la autodeterminación y la soberanía del pueblo sirio.
EEUU y los países de la OTAN a través del paramilitarismo del DAESH y los “rebeldes” buscan desintegrar el territorio sirio como ya lo hicieron en Libia a fin de lograr controlar ese territorio cuyo valor geoestratégico es incalculable. Por otro lado Rusia en conjunto del gobierno  de Bashar Al-Assad, buscan mantener el control al sur de Siria ya que es donde se asienta el centro del poder  político (Damasco) y la salida al Mediterráneo, donde se encuentra una de las bases navales más importantes bajo el control de Rusia (Tartus). Por otra parte, Irán y China en menor medida, participan en conjunto con los rusos y el gobierno sirio con el fin de evitar que el occidente campee libremente por las nuevas zonas ocupadas.
Si bien la posición de los aliados al gobierno sirio es la más legitima en este escenario, no sería muy correcto decir que vienen impulsando una lucha por la autodeterminación, ya que de facto, el territorio Sirio esta balcanizado, a través de un acuerdo táctico de todas las partes, donde probablemente cada nacionalidad componente del Estado sirio, represente un territorio federal con altos grados de autonomía.

Economía popular
Otro elemento que es importante destacar de estas tesis para nuestros tiempos y para nuestro país, es la reivindicación del poder popular y la importancia de promover una dirección  del proceso revolucionario en manos de los oprimidos y no de la burguesía.
En la cita anterior, Lenin argumentaba que es necesario fortalecer la organización popular a fin de que pueda ser capaz de asumir un rol de gobierno, algo muy semejante a lo que planteaba  el comandante Chávez que siempre nos repetía la importancia de la organización popular y del control obrero para el empoderamiento real de las clases oprimidas.
En el Programa Aló Presidente Teórico 1 el Comandante dijo:
 “Nunca tendrá el pueblo poder económico hasta que no sea el dueño de los factores de la producción: tierra, maquinaria, tecnología, conocimiento, capital, trabajo”. (11/6/2009)
Nuevamente observamos que 100 años después, las tesis de abril de Lenin se encuentran más vigentes que nunca, pues a partir del comienzo de la revolución bolivariana, diversos sectores del pueblo venezolano han decidido organizarse y asumir la construcción de espacios que podrían ser catalizadores de esa “segunda etapa” de la que habla Lenin.
Sabemos que caer en etapismos es peligro, posiblemente ha sido una característica de la modernidad a la que Lenin (y tampoco Marx) estuvieron ajenos, sin embargo, si es cierto que en estos momentos el rumbo de la revolución bolivariana está en manos de la base más que del ejecutivo, asediado por corrientes socialdemócratas que buscan el orden más que la transformación y, por otro lado, la derecha fascista que quiere hundir el imaginario chavista.
Así como en Rusia en aquella época, en Venezuela, los sectores burgueses estaban (y esa relación no se ha revertido) mucho más consolidados para el momento de la llegada del Presidente Chávez al poder a principios del siglo XXI, pues  históricamente ha sido el sector que más recursos ha estado extrayendo de la renta que recibe el Estado por concepto de las actividades petroleras.
Por lo que en Venezuela se plantea una disyuntiva, como promover  una industrialización que permita diversificar las fuentes productivas y dejar de ser monoproductores sin optar por la vía clásica del fortalecimiento de la burguesía parasita.
Durante los últimos años y debido a los múltiples problemas que ha atravesado el Estado venezolano, un sector de la población ha apostado en buscar soluciones que no representan las clásicas vacunas liberales y que se plantean bajo un esquema de democracia radical.
Nos referimos a iniciativas como las Comunas, que se han venido organizando más que todo en el interior del país, fuera de las ciudades, demasiado habituadas al consumismo y la lógica del capital.
En Barinas, Yaracuy, Apure, Lara, Sucre, para mencionar los casos más importantes, organizaciones populares decidieron tomar tierras ociosas apropiadas por empresas privadas y  latifundistas para hacerlas productivas, generar trabajos y romper al menos en un nivel local, con el imaginario rentista que se ha enraizado en nuestro país desde la época gomecista.
Otras iniciativas importantes a resaltar son la toma de empresas como la que realizó “Proletarios Uníos” en  Barquisimeto, la cual posteriormente al abandono de las instalaciones por parte de la cervecera brasilera Brahma, decidió conformar una empresa gran comunal en marco de la legislación de la Ley de Economía Comunal  promulgada por el presidente Chávez en 2010.
Así mismo con la actual “guerra del pan” diversas organizaciones como por ejemplo la Minka, en Caracas, tomaron las panaderías bajo control popular y ahora normalizaron en alguna medida la producción y distribución del pan en el sector donde activan.
Si bien aún puede ser temprano argumentar que estas iniciativas locales pueden ser soluciones a nivel nacional para la reversión del rentismo y la industrialización bajo esquemas no capitalistas, es evidente que son células y espacios de acción que van madurando para ese fin y es necesario hacerle seguimiento.
Es justamente este punto, uno de los planteamientos de las tesis de abril de Lenin quien junto a los bolcheviques a través de los soviets, buscaban romper el sistema feudalista o capitalista temprano instaurado durante los años del imperio ruso y, transformarlo en una economía funcional al proceso revolucionario.
"Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados braceros y campesinos (...)." (p.18) es lo que promulgaba Lenin en sus tesis y es lo que años más tarde se materializó en los Koljos.
Es evidente que la instauración del socialismo, que no es más que la radicalización de la democracia, no se realiza espontáneamente, es por eso que Lenin plantea una primera fase donde se asume el problema de la propiedad de la tierra y distribución.
"No "implantación" del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros (...)." (p.18)
Como no pensar, al leer esta frase, en la pugna actual en Venezuela en materia de distribución de alimentos, donde las cadenas de intermediarios que conectan al productor con el consumidor,  han sido funcionales al estrangulamiento económico de nuestro país.
Iniciativas populares como por ejemplo el Sistema de Abastecimiento Comunal (SACO) en Carabobo, la Alpargata Solidaria, Pueblo a Pueblo en Distrito Capital, e iniciativas de mayor envergadura que cuenta con el apoyo estatal como el Comité Local De Abastecimiento y Producción (CLAP), articulado con la comunidad organizada, han podido contrarrestar las mafias de intermediarios y reducir la distancia entre el productor y consumidor.
Por lo tanto, si bien no podemos hablar de que en Venezuela el socialismo está consolidado ni mucho menos, si es verdad que existen iniciativas que si se trabajan, se estudian y se promueven desde todos los espacios, tanto desde el gobierno nacional como a nivel comunitario, podrían llegar a ser la  cura al rentismo en nuestro país.
 ¿Podrían así mismo, estos espacios orgánicos de poder popular, apalancar esa “segunda fase” de la revolución de la cual nos habla Lenin?

Poder popular
Por último queremos destacar la importancia del planteamiento de las tesis de abril en materia de la radicalización de la democracia y ruptura con el esquema de la democracia liberal representativa.
Con la dualidad de poder que existe desde febrero hasta octubre de 1917, se evidencian dos esquemas de poder totalmente distintos e incluso antagónico. Por un lado se encuentra la coalición de sectores socialdemócratas y burgueses que buscaban generar un cambio paulatino con el fin de resguardar los privilegios.
¿No se asemeja esa situación a la de Venezuela? ¿Por qué Chávez construyó el sistema de misiones y motivó el surgimiento del poder popular no sólo de los discursivo, sino, promulgando toda una base jurídica para su materialización?
En 2009 el Presidente Chávez declaró que “el poder popular es fundamental para la construcción del socialismo”  y ese mismo año promulga la Ley de los Consejos Comunales, a fin de no usar únicamente las vías regulares para la descentralización de los recursos a través de las gobernaciones y alcaldías y, que lleguen directamente a las manos de la administración de las comunidades.
Así mismo, un año luego, promulga la Ley de las comunas, generando de esa manera una base jurídica para la construcción de lo que son las células de una nueva sociedad y para hacer efectiva  “la participación protagónica mediante formas de autogobierno para la edificación del estado comunal (…)” (Artículo 1, Ley de las comunas).
En armonía con estos planteamientos Lenin planteó 100 años atrás lo siguiente:
"No una república parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba." (p.17).
Así de vigentes están estos planteamientos de Lenin que el Poder para los Soviets y el Poder para las Comunas se nos presentan como dos propuestas, cada una en su tiempo y particularidades específicas que apuntan a un solo fin: transformación del orden establecido e iniciar un proceso de transferencia de poder a las bases.

Por último
Nos ha demostrado la historia que el poder a los soviets fracasó y el sistema comunal no se ha terminado de consolidar por los mismos elementos que habla Lenin tempranamente en las tesis de abril, de la existencia de “(…) un bloque de todos los elementos pequeñoburgueses y oportunistas -sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado (…)”.
Sin embargo el camino para la transformación social pasa por consolidar un sistema de democracia radical que no permita a las cúpulas oligárquicas enraizarse en la estructura estatal y hacerla funcional a sus intereses de clase, como se hizo en gran medida en la revolución de octubre de 1917 (sin sus errores y defectos como cualquier proceso socio-político).
Chávez, posiblemente luego de estudiar las tesis del  filósofo argentino Enrique Dussel,  hablaba de la importancia del poder obidencial, del mandar obedenciendo el mandato popular. Este es el reto que tenemos hoy como pueblo combativo y ejemplo mundial de la continuación de las lecciones que nos dieron los bolcheviques hace 100 años en materia de la revolución radical y la democracia popular.
“Les toca a cada uno de nuestros candidatos y candidatas no sólo leer y estudiar, para blindarse teóricamente, sino formarse en la ciencia viva del poder obedencial: mandar obedeciendo, gobernar obedeciendo, es nuestro camino. Sepan desde ya que el pueblo va a obligarlos a ello”. (Hugo Chávez Frías, 2009)


Referencias
http://tucomuna.tv/wp-content/uploads/2016/01/ley_organica_de_las_comunas.pdf



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