Distintos momentos. Distintas formas de lucha

Conversé con Magoya, por última vez, en la media noche del 30 de diciembre del año pasado. (2015). Procuré pasar a verlo por su casa de Montalbán, ya que algunos amigos me habían notificado de la gravedad de su salud. Fue sorprendente para mí conseguir al mismo Magoya de siempre: “dime, chico ¿qué se sabe de la situación política? ¿cómo vamos a defender esto? ¿será que tendremos que volver a tomar los hierros? Avísame de cualquier situación que te enteres, ya yo tengo prevenida a mi gente. Fuimos a una reunión y ahí nos informaron de los peligros que se ciernen sobre el proceso, que los gringos aprietan cada vez más y de un momento a otro se pone dura la cosa; nos fijamos tareas. Nosotros tenemos gentecita y no nos van a envainar sin echar unos tiros”.

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