La burguesía venezolana; ni impulsó en el pasado, ni garantiza en el presente
De nuevose han puesto sobre la mesa de debate las viejas discusiones
sobre si es posible o no una alianza con un sector de la burguesía (la
llamada burguesía nacional) durante la transición socialista. No podía
ser de otra forma, la pertinencia de la referida polémica la impone
tanto la constatación de déficits históricos que se nos presentan como
obstáculos para acelerar el proceso, como por la propia correlación de
fuerzas sociales y políticas existente en el país que nos retrotrae a
las angustiosas reflexiones hechas por el Comandante Chávez acerca del punto de no retorno(1).
Dilucidar este asunto no es fácil y si no queremos incurrir en una pura
disquisición teorética debemos empezar por responder si existe o no una
burguesía nacional habida cuenta del desarrollo histórico de nuestra
sociedad.
La burguesía venezolana en su etapa de formación (S. XIX), tal como nos
revelan los estudios de Salvador de la Plaza(2), jamás reinvirtió en el
país -a objeto de desarrollar un aparato industrial- los capitales
provenientes del comercio y la usura. Estos fueron a parar ala banca
internacional por compromisos previamente adquiridos.
Corrido el tiempo (S. XX) dicha burguesía fue reforzada en sus filas
por capitales provenientes del lobby petrolero, el parasitismo respecto
al Estado, el saqueo del erario público y en general, de capitales
provenientes de distintos mecanismos que bien denominó el maestro
Federico Brito Figueroa acumulación delictiva de capitales(3).
Lumpenburguesía que tuvo uno de sus momentos de esplendor entre los
gobiernos de Carlos Andrés Pérez a Jaime Lusinchi cuando sacaron del
país el 90% del dinero de los empréstitos que contrajo la nación en ese
mismo lapso y que no ha parado en la exportación de sus capitales hasta
nuestros días.Sus vínculos con el sistema imperial se han fortalecido
permanentemente.
Incurrir en mecanismos de financierización ha sido el camino emulado por
los nuevos segmentos de la clase burguesa, surgidos unos y fortalecidos
otros, en estos primeros años del siglo XXI pleno proceso bolivariano-,
poco han hecho por desarrollar una economía productiva salvo
escasísimas excepciones.
En definitiva, la clase que ahora se ha esforzado en conspirar,
horrorizada ante la posibilidad del advenimiento del socialismo, la
principal responsable del desabastecimiento y la carestía; se rasga las
vestiduras en favor de la productividad pretendiendo retomar la
conducción hegemónica del país la cual ejerció desde el momento mismo
cuando éste se constituyó como Estado nacional. Es la misma clase
parasitaria que fue incapaz de desarrollar las fuerzas productivas
internas y que ahora exhibe una masa de capitales colocados en la banca
exterior estimada en unos 600 mil millones de dólares(4). Se queja con
amargura al producirse la inversión de parte del ingreso petrolero para
subsanar la inmensa deuda social acumulada durante sus gobiernos y más
aún, se declara en guerra ante el menor intento por parte del Estado de
transferir recursos con el propósito de generar una economía con una
lógica distinta a la del capitalismo. Reclama productividad pero la
realidad es que su modelo de acumulación estuvo lejos de fomentar una
economía productiva, y que como clase ha sido la gran beneficiaria de la
economía rentista. Mal podría ostentar el calificativo de burguesía
nacional. Es muy poco el margen de acuerdo que entre ella como clase y
el pueblo trabajador pueda existir en la actual etapa del desarrollo
histórico de nuestra Nación.
Superar el rentismo, la apabullante primacía de la economía
extractivista y avanzar hacia una economía productiva, sin dudas, sigue
siendo uno de los más grandes desafíos de la nación venezolana y el proceso bolivariano debe encararlo por intermedio de una economía crecientemente colectivizada.
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1.- Amílcar Figueroa, El desafío bolivariano, http://primeiralinha.org/home/?p=13951 o www.aporrea.org/actualidad/a166214.html
2.- Salvador de la Plaza, La Formación de las Clases Sociales en Venezuela, Fondo Editorial Salvador de la Plaza, Tercera Edición, Caracas, pp. 36.
3.- Federico Brito Figueroa, La Aristocracia del dinero en Venezuela actual (1845-1985), Fondo Editorial Buría, Barquisimeto, 1986. P.13.
4.- El diario Ciudad Caracas de marzo de 2012 estimaba
en 564.000 millones de dólares las colocaciones que para la fecha poseía
la burguesía venezolana en la banca extranjera.
Caracas, 16 de Mayo de 2013.
La burguesía venezolana; ni impulsó en el pasado, ni garantiza en el presente
Reviewed by RG
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9:46:00 p.m.
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